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NEIDAN (ALQUIMIA INTERNA)   por Alejandro Gopar

 

BLANCO SOBRE BLANCO

 

Hay pocas cosas que caractericen al arte de las últimas dos décadas. Me refiero a esas pequeñas convenciones, que a modo de  descripción fragmentada, nos acerca a las sensaciones que rodean a las cosas, especificando la esencia o al menos la apariencia generalizada,  útil para revelar rápidamente –que coño es esto que estamos mirando-

 

En términos de la red, el lugar global de lo visual, sería algo así como los ‘tags’,  que como sabréis mejor que yo viene del inglés y su traducción literal sería etiqueta. Su definición se ha expandido con las redes sociales en internet, ampliando los limites de su significado para dar orden y carácter al contenido que localiza. Los ‘tags’ nos ayudan por ejemplo, a caracterizar el arte de otros tiempos. Basta con nombrar unos pocos y habremos elaborado el conjuro capaz de crear una imagen que vislumbre algo que es muy complicado de revelar, a veces incluso inexplicable. Así por ejemplo, citar ‘Oleó’ + ‘arte’, daría presencia en nuestra mente a miles de Pinturas, al mismo tiempo que nos haría viajar rápidamente a los orígenes del arte moderno, y  a su muerte  poco después de la Segunda Guerra Mundial.  Dos palabras son suficientes para movilizar un flujo neuronal incalculable. Seguramente dependerá de lo abarcado por cada persona en torno al arte o la pintura al Óleo, pero las personas que se han aproximado a esas palabras serán conscientes de manera inmediata de miles de imágenes y sensaciones, sin necesidad alguna de ser mas especifico.

 

Una sola frase –Escribe Canetti- siempre es más clara. La siguiente ya la obscurece algo.

José Luis Brea

 

Un problema del arte de hoy es que hay muchos mas ‘tags’ que cosas que mirar, y cada forma a mirar abarca una complejidad difícil de declarar, incluso por parte de su autor. Así pues las invocaciones con etiquetas muy difícilmente coinciden para conjurar algo.  A veces incluso, cuando hay unas pocas palabras para focalizar se da otro problema. El de las etiquetas que hablan de si mismas, el del arte que solo habla de arte, pero que no confabula con el mundo. Dejando en la oscuridad lo que seguramente hace del arte de hoy mucho mas interesante, su capacidad para despertar en nosotros, el hechizo de la consciencia. 

 

Ultima idea de la claridad

 

No hay en el imprecisión, ambigüedad, oscuridad o fallo mínimo –

sino implacable exactitud en movimiento, en inestable equilibrio permanente.

Claridad extrema, perfecta e impecable transparencia, comunicación mutua e ininterrumpida – del mundo consigo mismo, que hay mucha claridad pero no para nosotros…

José Luis Brea

 

 

Las investigaciones de Romina Rivero se contextualizan en un lugar que invocare con los ‘tags’; ‘consciencia’, ‘equilibrio’, ‘claridad’, ‘flujo’.  Y es que mientras trabaja todo huele a pócimas. Cada substancia usada en sus trabajos es importante. Desde la textura de los tejidos, que con su presencia nos llevaran a unas sensaciones, hasta los leves destellos visuales que iluminan el oscuro inconsciente. Remover en la oscuridad no es agradable, tal vez por eso, todo el trabajo de la artista parece estar suspendido, hecho con materiales frágiles expuestos en equilibrio, sin pretender exponer mas de una cosa. Sin dar mucha luz a pesar de la apariencia cristalina de sus trabajos. Sin querer agobiarte con tu propia capacidad para hacerlo.

 

Y es que Aliento Vital (2014) no desarrolla una nueva teoría, ni pretende materializar lo nuevo para tus ojos.  Sino que de alguna manera busca dar con el hechizo capaz de activar en cada persona, algunas de las cosas que todos ya guardamos en nuestra oscuridad, aun sin que puedan ser explicadas,  aguardando un momento de consciencia que active el flujo necesario para invocar un cambio trascendental.

 

Así es como funciona cada vestigio que compone una instalación de Romina Rivero, como los ‘tags’, como un conjuro en el que cada elemento contiene el poder  de manifestarnos con sutileza la idea de la claridad.

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