In: [gestus] 2016 por Adonay Bermudez
EL IN (GESTO)
Porque no hay corpúsculo de mi cuerpo que no me pertenezca.
Soy yo en mi hábitat. No soy yo en mi hábitat.
Aún aborrezco el ánima que dormita dentro de mí,
somos dos luchando en un mismo cuerpo.
La aspereza de mi boca, bronca como la corteza del árbol.
El vaho de mi aliento, sutil como la ligereza de la pluma.
Yuxtaposición de contradicciones y sensibilidades,
allá donde me agolpan todos los silencios.
A bocajarro.
Horquetas de brezo.
Hilos de seda.
Si desaparece uno de los dos, los dos desaparecen.
El opuesto. El símbolo. El ritmo. El origen. El (in)gesto.
Porque no hay corpúsculo de mi cuerpo que no me pertenezca.
El hábitat soy yo.
+
Alfons Simó y Romina Rivero en un alarde de coherencia han llegado a la conclusión de que uno más uno no suman dos, sino uno. Más allá de las diferencias estéticas, ambos recurren al cuerpo como epicentro del discurso, aunque no aparece de manera evidente en ninguna de las piezas. Mediante una lectura más simbólica que física, el individuo vacila entre la delicadeza y la rudeza, entre lo luminoso y la turbiedad. Dualidad en estado puro en medio de un clima(x) de aparente quietud. Lo enfrentado y lo complementario. La interdependencia. La necesidad de ser uno.